El club de los zapatos de goma (tercera parte)







Búho se despierta porque hay algo que le lame, abre los ojos para observar con una mezcla de curiosidad, sorpresa y horror que se trata de un perro gigante y de color fuego:
— Bueno, al menos mueve el rabo, eso es buena señal — piensa.
— ¡FLIPSTER ya vale!  Trona la voz de Amanda.
El perrazo se aparta suavemente para quedar tumbado boca arriba con las patas recogidas y la mirada en dirección a Buho.

—¿Amanda? ¿en que momento me quedé dormido?
— Digamos que en RA 00h43m, DEC +41deg16'.
—He soñado que era engullido por una tostadora con ojos — dice rascando la barriga de Flipster.
—Aha... la tostadora con ojos, no falla, deberías hacer una visita a alguien especial para ti.
—Si, quizá este en el lugar adecuado, voy a hacer el desayuno, por cierto ¿sabemos algo de Julian?
— Ha llamado a Ilia esta mañana, dice que esta bien, en Kenia... Que ha conocido a un tal Edward Wilson, que esta aprendiendo mucho, que deberíamos ir también
— ¿a Kenia? ¿pero que se le ha perdido allí?
— Emmm... algo me puedo imaginar
—Huele a quemado. Tus tostadas. Oh no. abre la ventana anda.

Ilia vive en una buhardilla poco usual, en una casa en medio de ninguna parte, siendo mas precisos en medio de un lago en la cual dice haber encontrado la paz. Tiene una muy vieja barca verde con la que viene y va. Su pelo es quizá junto a su manera de andar una buena forma de reconocerla, porque no suele haber mucha gente con el pelo azul que ande como si estuviese ralentizada. Ella dice que ese es el verdadero ritmo y que todo el mundo esta descompasado y ese es el principal problema de la humanidad. Por lo demás estudia Biotecnología y nadie, jamas se imaginaría como es su casa por dentro.

Esa mañana Ilia sale tranquilamente de su casa, sube en su barquita y rema un rato hasta la primera lengua de tierra, entra en una casa en ruinas, aparta unos cuantos colchones y saca una moto de un rincón, al cabo de media hora ya esta llamando al timbre de Amanda.

— ¡Tenemos que ir a Kenia! ¿sabes quien es el tal Edward wilson? ¿teneis idea de a quien ha encontrado ese loco de Julian?
— Ciertamente no...— Dice Buho ¿el inventor de la bayeta electronica? ¿es el descubridor de la tartera hidraulica?
— Mirad este articulo y después vamos a comprar los billetes de avión.

Leen juntos el articulo, silencio total, alguno se esta preguntando de que planeta es Julian.

— Bien — Dice finalmente Buho — seamos realistas...
— Realistas al estilo ¿Ray Bradbury?—  Deja caer Amanda.
— Realistas al estilo... Kant —  No hay dinero, pero lo vamos a hacer— Recalca Ilia con vehemencia.
— ¿Kant? — Buho abre sus ojos azules como platos y se pone de pie entre la risa y la indignación— Creo que esto empieza a ser interesante, pero mejor pensar antes de hablar.
— ¿Buho que insinuas? — Replica Ilia encendida y tambien poniendose de pie.
—  ¿estamos hablando de realismo no? ¿que pinta entonces Kant aquí? vamos contesta Ilia.
— Solo te dire que necesitamos cierto equilibrio, sino no vamos a ninguna parte. hay que conseguir dinero y de momento no sabemos como.
— Bien, bien, ese es el primer planteamiento ¿de donde vamos a sacar el dinero de los billetes? El segundo es ¿como lo consiguió Julian? Esta noche debemos buscar al viejo, tal vez él pueda ayudarnos. ¿votos a favor?

Todos levantan la mano con un dedo apuntando hacia el espacio. Esa misma noche deberían encontrar al viejo. Si es que sigue vivo.











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