El tio Luis

 Si hay algo que recuerdo del tio Luis era su voz. Quizá grave no es la palabra adecuada. Era una voz profunda que abrazaba como un segundo padre. Era un gigante que aparecía y desaparecía segun se dieran las reuniones familiares. Lo veias venir con su franqueza, su rostro lleno de serenidad y con sus grandes brazos nos abrazaba a todos los niños a la vez y nos decía: 

—¿Quereis que os cuente la historia de un rey que tenia tres hijas, las metio en tres botijas y las tapó con pez?

Por supuesto nosotros respondiamos que no queriamos escucharla asi que él respondía:

—No os he preguntado si si o si no, os he preguntado si quereis escuchar la historia de un rey que tenía tres hijas...

Y así nos volvía locos el tio Luis hasta que saliamos en tromba escapando en todas direciones de su terrible historia, mientras el  nos perseguia preguntandonos una y otra vez si queriamos escuchar la historia de un rey que tenía tres hijas.

Entre la nube de humo de la reunión familiar  destacaban varias voces, pero entre ellas  siempre aquella con la que me quedaba dormido era, la voz del tio Luis.