Seres de los vientos




Toca nuestros hombros una sabana de seda, una mirada como si el océano si tuviera ojos, una palabra justa y real tras tantas y tantas sonrisas digitales y besos binomio. no eres de papel, eres de sangre hueso, fuego y carne, pura electricidad. La sal se seca en tu frente y me río enloquecido mientras bailo sobre la arena con la fuerza de mi esencia primitiva,  tu tambien bailas y corres sobre el agua, somos dos caballos, la historia queda atrás y queda atrás tu nombre y el mio, todo lo que fuimos se marcha y solo somos siendo libres.

Nos voy a recordar siempre así para ser siempre, voy a cerrar mis ojos cuando tenga miedo y quiera controlarlo todo, hablarlo todo, decir -esto es lo que pasa cuando la neurona entra por la esfera helicoidal y se derraman histriosteronas por la glandula libriotica- y  quiera que todo sea de nuevo conocido, cuadriculado, bien seguro, predecible, muerto. Así, corriendo sobre la orilla totalmente desnudos como si de nuestras cabezas saliesen libros negros que se volatilizasen al contacto con el aire. Nos imaginaré corriendo como si se quebraran una a una todas nuestras cadenas y quedasen allí sobre la arena inmóviles y ajenas como un tesoro antiguo de historia sellada por los siglos. Corriendo, bailando ajenos al hambre y a la herida, ajenos al tren y a la mochila, ajena al juego visceral de ser fusil y proyectil, ajeno a todas las espadas y a todos los cañones, asombrados de nuestra propia voz, de nuestra propia sed que nunca fue escuchada. Ajenos al desfile patrio que reclama mi sangre y tu sudor, que reclama tu tiempo y mi cordura, desfile que reclama tu atención para existir, mi estupidez de honor. Desfile fálico impotente, anacrónico, siempre opuesto al amor.

Nos recordare así por si nos olvidamos.

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