El club de los zapatos de goma (capitulo 2. segunda parte)



—Me han dicho que queréis ir a Kenia... que no tenéis miedo al mar, que os gustan los arenques y lo mas importante: ¡sois amigos del viejo Karibú!. En mi barco tendréis sitio todos... un buen lugar donde dormir... el cocinero... es excelente excepto cuando bebe demasiado... Solo tendréis que confiar en el mar, no es difícil la pesca del arenque. Cuando os queráis dar cuenta estaremos otra vez en tierra. ¿estáis preparados? ¿alguien tiene dudas?.

Ilia, Amanda, y Búho se miran. Dudan y mucho. Por un momento parece que la aventura quedara allí, en el puerto, frente al capitán de un viejo barco de pesca con el cual probablemente, él mismo compite en edad. De pronto Búho da un paso al frente:

—Mañana nos tendrá aquí al amanecer.

El capitán parece detenido en el tiempo durante unos segundos, pero de pronto todo su rostro se contrae y parecido a cuando las nubes se van dejando un sol radiante por un rato, su sonrisa invade todo su rostro:

—¡Bien chico! así me gusta, sed puntuales, ahora formáis parte de la tripulación del "Keekorok" y debéis estar a la altura... sí... estar a la altura —susurra bajando levemente la voz— ya lo creo... bien, veremos a donde acaba esto... —y volviendo a subirla— ¡recordad! ¡mañana al amanecer! —Dicho esto se marcha bamboleante y desaparece entre los armatostes del puerto

Una vez el capitán ha desaparecido, Amanda e Ilia (para las cuales todo ha sucedido muy deprisa) mantienen los brazos cruzados, el entrecejo fruncido y la mirada fija en Buho... que francamente no sabe donde meterse:

—¿tu estas mal de la cabeza? ¿así y ya esta? ¿tu has visto ese maldito barco? Estamos jodidos... Eres sencillamente un... deberías pensar mas las consecuencias... ¡impulsivo! —Amanda parece realmente cabreada.

—A ver si lo he entendido —Ilia toma el relevo y mientras habla camina alrededor de Búho con los brazos cruzados observándolo como un águila observaría a un ratoncito— acabas de meternos a trabajar en un barco de arenques del siglo pasado... con un capitán probablemente octogenario... —De pronto Ilia sonríe— ¡Es emocionante! Búho estas loco pero yo no me atrevía a aceptar... y ese paso al frente tan heroico ¿sabes que ves demasiadas películas no? en todo caso me ha encanta... 

—¡Ilia! ¿os habéis vuelto los dos completamente locos? ¿es que soy la única que piensa en que es un barco de juguete?

—En cualquier caso —Añade Búho tranquilizador— son solo quince días, y después tomaremos un vuelo a Kenia, aprenderemos muchas cosas. Amanda no me mires así ¿cual era la otra opción? ¿trabajar de comerciales? alguien tenía que hacerlo... Por cierto ¿sabéis algo de Julian?









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