Mi amigo el loco (parte dos)

 


Hay luna llena pero aun es por la tarde. Mi amigo cocina tranquilamente unas patatas fritas, ataviado con una sabana demasiado grande que se anuda alrededor del cuerpo como un shari o como una túnica griega, sobre su espalda semi-desnuda la sabana termina en un lazo histrionico. Me situó detrás de el y le robo una patata -¡No! no por favor, esto lo he cazado yo, hoy hay luna llena-.
Me retiro sigilosamente pero vuelvo al cabo de unos minutos porque sospecho que en la cocina había algo extraño. Sobre la encimera ha colocado un extintor y observando atentamente descubro que esta cocinando algo mas.
-Oye... esa alcachofa es ya un cardo ¡mira cuantos pelos le salen!-.
-Tienes razón, debería ir a la peluquería, en la peluquería hay un piano y me han dicho que puedo ir a tocar cuando quiera. Tu también puedes ir- añade.
Las noches con mi amigo son noches que empezamos juntos y de pronto, él, silenciosamente, se va alejando y alejando hasta que desaparece; o  donde yo camino solo y de pronto lo veo venir a lo lejos con ese andar de grandes zancadas y su mirada fija. Y camina conmigo mientras se ríe solo y me cuenta que la ha visto. Ella es algo así como una maga, con sus ojos inmensamente azules y esa serenidad hasta que alguno de los dos o los dos la sacamos de quicio. Ella también sabe hablar con los arboles pero es mas paciente con la gente que no soporta y yo me siento el nexo entre su ángel y el diablo de mi amigo y su diablo y el ángel de mi amigo. A veces caminamos los tres juntos, ella lo abraza a el con el brazo izquierdo y a mi con el derecho, cuando esto ocurre empiezan a suceder cosas realmente extrañas, como esa vez que Ella se desmayo al escuchar la palabra "libertad" y tuvimos que reanimarla a base de versos de Vallejo. 

Esta mañana me estaba lavando los dientes y de pronto en el espejo he visto reflejada la puerta del baño, para verlo mejor me he girado y he podido contemplar sorprendido a una venus saliendo de su concha y también del lienzo en que se había convertido la puerta, para abarcar tambien el techo y los azulejos de alrededor.

Mi amigo ha entrado de puntillas en la despensa de nuestro bar preferido y se ha llevado unos bombones, provocando la ira del dueño del bar que no entendía nada de la concisa explicación que recibió:
-Los bombones son el sol, son la fuente, el chocolate viene de muy lejos, hasta mi boca.

 así que se ha marchado dejándome solo, solo y rodeado de escritores a oscuras.

De aquel tiempo este verso:




"Se anuda una sabana verde y levanta la vista, aun hay esperanza, aun alguien cocina un cardo disfrazado de indígena y tiene un extintor al alcance de la mano".










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