Desmedida


Reprogramar la alegría, la euforia de abrazarte, de volver a bailar contigo en el glaciar. Habrá que darle voladura a la distancia impuesta, tampoco habrá piedad con las ideas que no nos pertenecen. La caja negra voló desde el tejado y estalló con todos los enanos aún rugiendo normas para nadie. Hay quien juró que me enamoraría de Estocolmo, pero ¿Adivináis quien huye en avioneta? ¿Quién aprendió a volar?
Voy lanzando las hojas de leyes a la hoguera, saltando por los tejados como un lince humano que creyeron preso. Sigan pensando igual, tienen un gato de paja metido en una jaula. Tanto esfuerzo para nada... pero así es desde siempre, los bárbaros terminarán meando sobre Roma.

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