No sirvo

Para llegar puntual a derriscarme;
Para estar a la hora en la traición;
Para cortar la cuerda del amigo;
Para que no parezca que me duele haberme golpeado con la roca, o que se fuese el tren con lo que amé, no sirvo.
Para el aplauso fácil, el autotune, vender mi jeta, que parezca que toco, aparentar que canto, que nunca se perciba que en el fondo soy un loco, desesperado a veces, gritando solo al cielo una pregunta, no sirvo, no lo siento.

Así que si me buscas para pasar el rato, como último recurso, como alguien que te diga lo que esperaste oir, recuerda que nunca lo dije y que nunca lo fuí.

Quiéreme así, con mi verbo de escándalo, o vete. Con mi voz rota, o vete, con mi cansancio y el fado que a veces me recorre, un estremecimiento necesario.

Quiéreme así con estas pocas ganas de fingir.
Yo te querré con todo el barro que me traiga el río, con todas las locuras y los gritos, el cansancio y la vida, encendiendo una vela, una hoguera, quemandome  callado, o hablando sin parar, tratando de encontrar la esencia del problema.



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