Los monos y tu recuerdo



Alud de rostros,
de pechos,
humo, gluteos, sonrisas dirigidas al cristal, ya nunca me veras como me vieras.
No te sientas en la vereda ni a fumar,
ni a leer, ni a pedir una limosna de amor
o a esperar que alguien te dibuje un salvavidas, en forma de brazito rambla abajo se que te iras mañana pero vivamos hoy, me persigue la banda del reloj.
Vamonos, nada tiene sentido, la colección de sellos y trozos de lechuga, la obsesión monopoly, se que me entenderas, tu siempre me entiendes. Fueron muchos portales compartidos, mucha poesía, comiamos arroz y hervíamos patatas, creo que tu sueño era volcar la estanteria y follarme sobre los libros abiertos de Vallejo, Neuman, Cortazar, y correrte aullando sobre la biografía de Neftalí Reyes mientras te leo por quinta vez  la anecdota del poeta y su vaca por Santiago.
Te decía al principio que los monos muestran el culo y los dientes porque no saben escribir, así que es lo que queda cuando no queda nada, plantarse frente a la pantalla y hacer como que ries, como un mono tras el vidrio de un zoologico.
Me vas a entender, tu siempre me entiendes. Hoy no tengo a nadie a quien leerle o con quien compartir mi descalabro, la antigua calle vacía esta demasiado muerta para poder soñar y ni siquiera esta el hombre del tamborcito. Por eso te escribo, me gustaría tanto caminar contigo... Porque contigo caminar era ser todo ojos, todo oídos, todo manos, todo letras que veían detras de la pintura, que escuchaban detras de las paredes el corazón del mundo, espero que me entiendas, yo sigo escribiendo como si estas lineas pudiesen servirte de escalera al tejado, donde siempre estará tu niño, tu golondrina y tu gato

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