La casa del tio Pep






La entrada era bajo un arco de ladrillos de barro, el camino era de tierra. Tierra que daba a otros arcos, arcos de enredaderas y a una fuente rodeada de flores, donde nadaban peces de colores. Alrededor del pueblo, siempre los vientos entre las montañas. Los adultos se sumían en sus cosas, hablaban muy despacio, en el comedor inmenso y lleno de ventanas, donde la caoba brillaba azul al entrar la luz de un día mas o menos nublado, sobre un suelo de hermosos azulejos hidráulicos. Olía a café y a jazmín. Los niños nos marchábamos de golpe a nuestra cosas. Había una cuadra, un caballo enorme color avellana, yo medía medio metro, así que el caballo era doblemente enorme; un perro en la puerta blanco y negro, con el morro chato, una gran maza que competíamos en levantar. El perro ladraba, también competíamos para intentar acariciarlo. Dejandole atrás de alguna forma a el y al caballo, al final de la cuadra había pavos, gallinas, un zorro en una jaula. Todo aquello olía a ese olor que Viçent llamaba "ilustre" y yo también tengo ganas de volver a olerlo. Alguien dijo que tras las dos puertas del final de la cuadra había unos lobos, así que corrimos, nos daban mucho miedo.
Como los adultos nos cantaban siempre la canción del "tio Pep", yo supuse que aquel abuelo se llamaba Pep y que de vez en cuando se iba a Muro. Debí mezclar varias canciones porque también pensaba que se había ido a la guerra y que no se sabía cuando iba a volver. Sentía mucha pena imaginándome a aquel señor con su caballo en Muro, metido en una trinchera. Puede que un día en el colegio comentase algo de mi abuelo Pep el guerrillero. Nuestra infancia fue confusa. Si alguna vez pasas por la avenida de Ausias March de pedreguer, veras un muro que no tiene puerta y da a un solar, donde no hay fuente, ni caballos, flores, ni esta el tio Pep, no hay adultos, niños gallinas ni lobos, tampoco arcos, enredaderas o hermosos azulejos hidráulicos. Pero ahora puedes imaginar lo que un día fue, porque yo te lo cuento para que veas a traves de mi memoria.

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